AQUI LA EXPLICACION RELIGIOSA:
Casi todas las religiones de la humanidad asocian la luz con el bien, con el poder de Dios, y su opuesto, la oscuridad, con el mal.
Esa oposición entre la oscuridad y la luz es, en definitiva, la eterna lucha entre lo bueno y lo malo.
Es por eso que, tal vez desde los tiempos más remotos de la humanidad, la noche haya sido el momento en que ocurría lo inexplicable. Algunas creencias de raíz católica afirman que la oscuridad tiene una hora de máxima fuerza, cuando la maldad se encuentra más presente. La llaman “la hora del diablo”.
Esa hora ocurre a las 3 de la madrugada y no se debe al azar: es el momento del día más lejano a las tres de la tarde, instante en que Cristo, después de haber perdonado a la humanidad por sus pecados, moría en la cruz y encomendaba su alma a Dios.
Es por eso que, tal vez desde los tiempos más remotos de la humanidad, la noche haya sido el momento en que ocurría lo inexplicable. Algunas creencias de raíz católica afirman que la oscuridad tiene una hora de máxima fuerza, cuando la maldad se encuentra más presente. La llaman “la hora del diablo”.
Esa hora ocurre a las 3 de la madrugada y no se debe al azar: es el momento del día más lejano a las tres de la tarde, instante en que Cristo, después de haber perdonado a la humanidad por sus pecados, moría en la cruz y encomendaba su alma a Dios.
“El diablo siempre busca oponerse a Dios, hace todo lo posible para burlarse de sus símbolos, pero a la vez, imitarlos”, afirma Jesús González y Mallo, ex sacerdote y teólogo.
Según confirma, a esa hora es cuando “la maldad suele tener más fuerzas” y por eso es “elegida por muchos humanos para realizar invocaciones de magia negra, pactos y otras prácticas satánicas”.
Según confirma, a esa hora es cuando “la maldad suele tener más fuerzas” y por eso es “elegida por muchos humanos para realizar invocaciones de magia negra, pactos y otras prácticas satánicas”.
“Suelen invocarlo, hacer pactos de alma o pedidos, son religiones que encuentran en el mal su poder y por eso lo llaman”, agregó. Pero esa oposición en la simbología también se encuentra en el número tres, uno de los principales números místicos. En el caso de la religión cristiana, el tres se encuentra en la invocación divina, en la Santísima Trinidad.
Por eso, afirman que el diablo también busca que se lo invoque tres veces. Así lo dejó asentado Goethe, cuando Fausto invitó a pasar a su casa a Mefistófenes, y este le contestó: “Debes repetirlo tres veces”.
Por eso, afirman que el diablo también busca que se lo invoque tres veces. Así lo dejó asentado Goethe, cuando Fausto invitó a pasar a su casa a Mefistófenes, y este le contestó: “Debes repetirlo tres veces”.