Este tipo de films se han transformado en un mito moderno, en una leyenda urbana, ya que todavía se sigue y se seguirá discutiendo sobre su existencia.
Parecería ilógico pensar que en nuestra enferma sociedad, no haya algún individuo que se regocije intelectual o comercialmente con la producción y distribución de este tipo de material.
Se las relacionó con redes pedófilas, con ritos satánicos e incluso con círculos millonarios.
Los lugares donde se filmarían también dependen de quien cuente la historia: algunos sostienen que en alguna selva de Sudamérica, otros hablan de alguna playa desierta en Tailandia, en los jardines de la mansión de un empresario alemán, en El Paso en la frontera entre México y Estados Unidos...
Lo más cercano a una snuff que habría realizado David Berkowitz conocido como el Hijo de Sam de algunos de sus numerosos crímenes.
Estas cintas circularía dentro de la secta norteamericana Iglesia de Satán. Algunos afirman que la filmación del asesinato de Stacy Moskowitz en 1977, en Brooklin, Berkowitz la realizó con el objeto de vendérsela a Roy Radin, un empresario de Long Island, conocido por su enorme colección de películas porno, a la cual quería agregar una snuff.
Se rumorea que hay alrededor de diez copias de este asesinato, aunque nunca pudo encontrarse ninguna.
A pesar de que la posición oficial del FBI niega su existencia, un investigador de la Oficina del Fiscal del Distrito de Carolina del Norte confirmó en secreto que las cintas estaban en poder de la agencia.
Los oportunistas nunca se pierden las posibilidades para obtener ganancias; en febrero de 1976 cuando los rumores acerca de la existencia de las snuff ocupaban varias conversaciones, en la zona de Square en New York apareció un afiche que mostraba la foto cortada de una mujer desnuda, con la siguiente leyenda: "El film que sólo puede hacerse en Sudamérica donde la vida es BARATA!".
Asimismo anunciaba la "cosa más sangrienta que haya pasado enfrente de una cámara"; y "La película que decían que nunca podía exhibirse".
La película fue realizada por el matrimonio Michael y Roberta Findlay en Buenos Aires en los años 70.
En Snuff (así se llamó originalmente la película) se ven escenas de El Tigre, Ezeiza y la ciudad deportiva de Boca Juniors, así como las actuaciones de las modelos Mirtha Massa y Margarita Amuchástegui, junto a actores como Clao Villanueva, Alfredo Iglesias (que actuaba en El Santo de la espada) y Aldo Mayo (de pequeñas apariciones en El Capitán Piluso).
Es muy probable que los actores argentinos no supieran lo que estaban filmando, ya que se trataba de una producción yanqui.
De todos modos, no es una película con las características de lo que hoy conocemos como snuff, es decir, donde hay una muerte real.
El film trataba de mostrar mucha violencia y asesinatos mal trucados, usando vísceras de animales.
Treinta años después, Snuff sólo provoca risa.
Pero el film es emblemático porque la estrategia publicitaria de aquel momento fue asegurar que en el film había un asesinato real.
Algunos rumores afirman que el productor llegó a contratar a unos manifestantes para que fingieran estar en contra de la exhibición de la película.
Casi el mismo modelo de promoción que luego usarían los directores de El Proyecto Blair Witch.
A pesar de lo rudimentario de esta filmación de los 70, el éxito de Snuff fue llamativo y le permitió al matrimonio Findlay vivir su momento de gloria como directores de cine no convencional.
Filmada en blanco y negro, Snuff nunca quiso tener a la Argentina o a Sudamérica como mercado consumidor.
Fue íntegramente doblaba al inglés y puede asegurarse que lo más argentino que tiene es una escena en que una horda asesina muy al estilo del clan Manson comete uno de sus crímenes en un almacén atiborrado de latas de galletitas Terrabussi.
A pesar de que un simple análisis del film -la supuesta víctima era un miembro del equipo de filmación daría por tierra con su supuesto carácter real, muchos quisieron creer que se trataba de una verdadera snuff.
El fiscal del Distrito de Manhattan tuvo que dar una conferencia de prensa aclarando que se había analizado detalladamente la película, y que se trataba de una obra de ficción y de buenos efectos especiales.
Pero los rumores continuaron, por lo que el Fiscal siguió con la investigación hasta que un mes después pudo dar con la actriz que era "asesinada" siendo entrevistada por la policía y dándole punto final al asunto.
En 1991 uno de los episodios de la serie Guinea Pig llega a las manos del actor Charlie Sheen que convencido de la verosimilitud de los crímenes, la entrega al FBI para que la analicen.
La serie Guinea Pig consta de 7 cintas marginales editadas en Japón en 1989 (para televisión), y está registrada comercialmente.
Se distribuye en circuitos legales del gore y otra cinta de la serie muestra el "detrás de escena" de la filmación del supuesto "asesinato".
Los episodios que "simulan" ser snuff son Unabridged Agony, donde una mujer es atada a una silla, torturada y asesinada; y The of Flesh and Blood donde una especie de samurai comenzará a cortarle los miembros a una mujer hasta provocarle la muerte.
El morbo explica el éxito de El Proyecto Blair Witch, que consiguió convencer a miles de personas de que mostraba imágenes reales.
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